viernes, 10 de febrero de 2012

Perón y la fuente de la juventud



Juan Domingo Perón es para los Argentinos  casi como Hitler lo fue para los alemanes. Un líder carismático, que encantó a sus contemporáneos. Pese a ser un golpista al participar de la dictadura que derribó el gobierno civil en 1943, supo conquistar el favor popular en el pueblo trabajador que llamó de los “descamisados”. Fueron éstos, dirigidos por Eva Duarte, quienes en gran multitud reclamaron su libertad, después que una coalición cívico militar lo pusiera en la cárcel en 1945.  A los pocos días se casó en segundas nupcias con Eva Duarte quien sería su musa y gran colaboradora. El año siguiente gana las elecciones que lo instalan como presidente de Argentina, país al que gobernó bajo su plan de “nación en armas”, por lo cual el presupuesto bélíco argentino subió a casi el doble alcanzando al 50% ese año. Su política populista  logró incrementar el salario de los trabajadores en mas del 30% y, en prevención a los despidos puso trabas para que los empresarios tuviesen grandes dificultades para hacerlo, ello lejos de ser beneficioso para el país, provocó una gran presión sobre el empresariado y, a la vez, una mengua importante en la producción que dichas empresas históricamente tenían. Esto porque los trabajadores al saberse protegidos, adoptaron conductas de ausentismos creciente, tanto que muchos de ellos asumían otros trabajos en el mismo horario al cual se ausentaban en su empleo original. Con estas medidas la inflación se incrementó a casi un 70%. Pese a ello, Perón fue reelecto en 1951. En 1952 Evita muere de un cáncer uterino y Perón es depuesto por un golpe militar, obligándolo a refugiarse en un Patrullera Paraguaya que se encontraba en el Rio de la Plata. La justificación del golpe fue el descontento popular, la corrupción, la alta inflación y la opresión que su régimen venía ejerciendo. De Paraguay se radica en República Dominicana donde pasa casi 4 años en Ciudad Trujillo (denominada asi por el Dictador Trujillo,(1) su amigo).Estando allí, se casa en terceras nupcias con María Estela Martinez, a quien llama “Isabelita”, su nueva musa.


Solo, sin poder confiar en nadie, temiendo ser aprehendido  por sus compatriotas que ahora detentan el gobierno en Argentina, quienes hacen exactamente lo contrario de lo que él se atreve a postular, contrata un avión particular (de la Varig) para que lo traslade a España. Instalado en Madrid, conoce a José López Rega, quien llegado desde Argentina a instancias de “Isabelita”, pasa a ser su mayordomo. Èste, poseedor de un misticismo simplorio, cautiva poco a poco al “general” quien se dice “casi ateo gracias a Dios” (recordemos que en su último año de gobierno fue atacado por el arzobispado argentino y sus adeptos quemaron templos católicos y banderas del  Vaticano) y también le impregna de algo de dicho esoterismo. En efecto, López Rega, merced a su anterior contacto con  un indio curandero brasilero (nunca se supo si lo conoció de oídas o personalmente. Le hizo creer en cosas que no veía ni tocaba, creencia fortalecida por su deseo de que algún evento lo volviera al poder en su Argentina lejana. López Rega tenía dos amigos,  uno brasileño de Río Grande Do Sul (Uruguaiana):  Claudio Ferreira, y el otro argentino, José María Villone, quien  tuvo que trasladarse a vivir en dicho estado brasileño después de la caída de Perón. Ambos conocían todo sobre el pajé (curandero) mágico y éste sabía los secretos de una poción de la longevidad. De la forma de mantenerse jóven y fuerte, la fuente de la eterna juventud.

Ya Stalin se había interesado en el tema y se filtró entre el Kremlin que tomaba el “suero de Bogomeletz” para mantenerse fuerte. Perón, mucho antes de ser depuesto se interesó en dicho suero porque según los rusos, esa era la razón porque Stalin se mantenía jóven, lúcido y fuerte. Pero Stalin murió en 1953 y con ello nunca mas se supo del milagroso suero. Ahora. López Rega le estaba abriendo los ojos a una nueva y mágica poción que prometía mantenerlo vigente y que tanto anhelaba. No se anduvo con rodeos, envió a buscar a  Brasil a Claudio Ferreira quien con su simpatía de seductor nato fortalecido por hablar un español aceptable por su constante ir y venir en la fronteriza Uruguaiana, conquistó a un Perón ansioso por sentirse jóven y fuerte. Como había llevado a España algunos frascos de dicho jarabe milagroso, dió al “General” quien sintiéndose “un pibe” revitalizado  hacía la felicidad del “viejo” y de Isabelita por supuesto. Ferreira entonces volvería a Brasil, ahora con 15 mil dólares proporcionados por Perón, con la misión de industrializar la mágica poción de cuya fórmula se enterara merced a su contacto con el sabio pajé de las pampas brasileras. Convertido de alquimista a empresario, Ferreira se instaló en São Paulo y mejoró la formula en un laboratorio que instaló en el barrio Ipiranga. Así nació el “Per Tónico”, nombre comercial en honor a su mecenas Per-ón. La propaganda que dicho tónico tenía en la época eran carteles que incluían una foto del mismisimo General, fuerte y jóven alabando las bondades de dicho elixir de la vida. Perón e Isabelita lucían ahora felices,  y mas aún López Rega, no en vano el milagro era debido a su amigo brasileño. Así el Per tónico pasó a ser consumido en Brasil, Argentina, España y otros paises. Dice  Flabio Tavares en su libro “El Día en que Getuliuo mató Allende” (2): “En San Paulo y Río de Janeiro, este tónico de la vida y rejuvenecedor permanente alcanzó niveles de venta innusitados:  en grandes paneles en la calle el propio Perón aparecía como “muchacho de la propaganda”, sonriente y jóven en la foto colorida del cartel propagandístico, como prueba y evidencia de que el Per-tónico era capaz de transformar “el viejo” y añoso General destronado, en un jovencito jovial y agradable”.

Perón quería alcanzar la inmortalidad, sin embargo, luego de volver al poder en Argentina después de que Héctor Cámpora renunciara para abrirle la posibilidad a su lider para que “tomara nuevamente el mando de la nación”. Perón es elegido nuevamente presidente de Argentina con la formula “Perón-Perón”, ya que su Isabelita iba con El como su vicepresidente el 21 de septiembre de 1973.

Yo por ese entonces vivía momentos difíciles después que Pinochet derrocara a Salvador Allende. Antes de ese hecho era alumno de segundo año en  Ingeniería en Electricidad en la Universidad Técnica del Estado en su sede de Temuco. Ocupaba también el cargo de vicepresidente del centro de alumnos de esa facultad y era miembro de la comisión política del Partido Radical Chileno  y secretario de la juventud de dicho partido chileno de mas de un siglo de vida, en la provincia de Cautín.  Amén de eso, era uno de los líderes de un grupo de alumnos universitarios de Temuco que habíamos ocupado el ex edificio del Banco del Estado de Chile cuando éste se mudó a sus nuevas dependencias.  Habíamos hecho de ese vetusto inmueble un hogar universitario para alumnos pobres. Mi cuarto estaba en el segundo piso y la ventana del mismo daba a un pequeño balcón justo frente a la Plaza de Armas de dicha Ciudad, allí donde hoy se ubica una conocida tienda por departamentos. Cuando comenzó el golpe de estado ese 11 de septiembre de 1973, yo, por esas cosas del destino, me encontraba en casa de mi abuela en Nueva Imperial. No recuerdo que fui a hacer allí, pero eso me salvó de sufrir la represión que sufrieron otros de mis compañeros de Hogar. Si, solo perdí, mi colección de apuntes universitarios, algo de ropa usada, el viejo colchón y la ropa de cama. Ese mismo día, hice una gran hoguera en el patio de la casa de mi abuela, allí quemé libros, panfletos, y todo lo que pudiera oler a Unidad popular o radicalismo. Luego, cuando las cosas se aquietaron un poco, me fuí al campo, a Tirúa, Allí hice de agricultor por el resto de ese año y  al siguiente, cuando fue reabierta por la dictaduira mi Universidad, me presenté para retomar mis estudios. Pero me encontré con la sorpresa que, al igual que muchos otros alumnos, mi matrícula había sido cancelada, esto es, no podía volver a retomar mis estudios.  Junté algo de dinero ese año y me fuí a Argentina, con la intensión de retomar mis estudios de ingenieria.  Allí fuí acogido en la casa de una prima ubicada en la calle Comodoro Rivadavía, en el barrio de Sarandí en Avellaneda del gran Buenos Aires.
Juan D. Perón, Isabelita y  José López Rega

Llegué a Argentina poco después de la muerte de Perón. El Per tónico había fallado. Ya Isabelita era su sucesora y se olía la cruda represión, secuestros y asesinatos que marcaron esa triste época de mi vecino país. Responsables, las fuerzas represivas del Peronismo de extrema derecha (porque el peronismo tuvo de todo en sus filas, desde la extrema izquierda a la extrema derecha). El miedo estaba instalado por el sucio accionar de la llamada “Triple A” (Alianza Anticomunista Argentina) y se sospechaba que tales  fuerzas paramilitares terroristas estaban comandadas por el plenipotenciario ministro de Estelita Martinez de Perón, nada menos que aquel oscuro y esotérico ex cabo de la policía de Buenos Aires que conquistara los elogios de Perón. y le “vendiera la pomada” de la mágica poción de la fuente de la eterna juventud. Si, Perón no alcanzó la eterna juventud, ni siquiera alcanzó a terminar su tercer mandato como presidente, el "viejo" general estaba muerto y su joven musa, Isabelita le sucedió bajo el arbitrio de su superpoderoso ministro José López Rega, ahora al frente de las milicias  denominadas Triple A, encargadas -bajo el visto bueno del fallecido General-, de exterminar los grupos izquierdistas de su propio partido, amén de otros actores de la política bonaerense, como comunistas  y artistas que se manifestaban opositores.

Triste época de pérdidas en el cono sur americano, yo perdí mi sueño de juventud: convertirme en ingeniero; muchos de mis compatriotas y de mis vecinos argentinos perdieron más: su libertad, sus amores, sus sueños, sus vidas; unos pocos desquiciados, ebrios del poder, perdieron la dignidad y la decencia.

La pregunta hoy es: Como hace el pueblo argentino para venerar semejante líder, de quien hoy los Kischner son sus herederos?.  Sin duda los pueblos tienen muy mala memoria.


(1) Rafael Leonidas Trujillo, Dictador dominicano que apoyado por Estados Unidos tomó el poder  y gobernó República Dominicana desde 1930 hasta su muerte  ocurrida en 1961 cuando fué asesinado.

(2) Flavio Tavares, Graduado en Derecho, en la Universidad de Brasilia, se dedicó al periodismo. columnista político del diario Ultima Hora  de Río, San Paulo y Porto Alegre. Redactor  también del Exelsior de México, autor del libro El Día en que Getulio mató Allende. La cita esta tomada de la pág. 317  final y 318.

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